Imagina pasar más de 13.800 horas en el mismo ambiente subóptimo. Este tiempo equivale a unos 575 días completos (24 h), es decir, 1,57 años seguidos. En España, esta es la realidad de los estudiantes durante los ciclos de educación primaria y secundaria. Las condiciones de esos espacios – como la ventilación y el nivel de ruido – tienen un impacto real en su salud y rendimiento académico. Las aulas son como un segundo hogar para los alumnos. Por lo tanto, es de máxima importancia asegurarnos de que la calidad del aire en las escuelas sea la mejor posible. Aquí te explicamos cómo conseguirlo.

Ventilación, calidad del aire interior (IAQ) y rendimiento académico

LA calidad de aire que respiramos en los edificios escolares es un factor determinante en la salud respiratoria y el rendimiento académico de los estudiantes.
U.S. Green Building Council (USGBC) en su ensayo[1] señala que en aulas con baja ventilación, los estudiantes presentan más síntomas respiratorios y una mayor prevalencia de enfermedades, lo que impacta directamente en su capacidad para concentrarse y participar en clase.

Una buena IAQ es una necesidad para la salud y el aprendizaje

Algunos datos importantes sobre la ventilación en aulas:

  • Niveles de CO2
    Se ha demostrado que altos niveles de CO2 correlacionan con una menor asistencia a clase. Además se ha notado un aumento de los síntomas del síndrome del edificio enfermo (SBS). Esto se debe a que el CO2 acumulado en espacios poco ventilados y con zonas de aire «muerto». Estas condiciones subóptimas reducen la concentración y el bienestar general de los ocupantes.
  • Rendimiento académico
    Estudios de Lawrence Berkeley National Laboratories (LBNL) indican que una ventilación inadecuada puede disminuir el rendimiento en pruebas académicas hasta en un 10%. En entornos con ventilación deficiente, los estudiantes suelen tener un procesamiento cognitivo más lento y una capacidad reducida de atención.

Mantener niveles de ventilación adecuados en las aulas ayuda a reducir la concentración de contaminantes y promueve un ambiente más saludable.

Importancia de bajos niveles de ruido

Aunque es muy importante, no solo la calidad aire influye en el rendimiento académico. Otro aspecto clave mencionado en el estudio[1] es el nivel de ruido en el aula. A menudo se pasa por alto, pero un entorno ruidoso puede dificultar el aprendizaje y la comunicación.
¿Por qué? Porque el ruido de fondo y la reverberación alta (rebote de sonido en un espacio cerrado) reducen la claridad con la que los estudiantes escuchan las instrucciones del profesor, lo que puede afectar su capacidad de retener información.

Un aula silenciosa para un aprendizaje efectivo

Algunos puntos relevantes sobre el ruido en las aulas:

  • Niveles de ruido recomendados
    Los estudios sugieren que para lograr un ambiente propicio para el aprendizaje, los niveles de ruido en las aulas deben mantenerse por debajo de los 35 dBA.
  • Impacto en el rendimiento
    En un estudio en escuelas ubicadas en zonas de alta contaminación acústica[3], los estudiantes obtuvieron resultados hasta un 20% peores en pruebas de lectura. Esto se debe a la distracción constante del ruido. Además, una alta reverberación en el aula (superior a 0,6 segundos) dificulta la comprensión de las palabras, lo cual impacta en la efectividad de la enseñanza.

Control de iluminación

El acceso a la luz natural es otro factor que puede influir en la salud y el rendimiento de los estudiantes. En el pasado, muchos edificios escolares se diseñaron sin ventanas o con ventanas considerablemente pequeñas para reducir el consumo de energía. Sin embargo, ahora sabemos que esto puede tener un impacto negativo.

La influencia de la luz natural en el rendimiento

La investigación indica lo siguiente:

  • Ciclos de melatonina y alerta
    Los estudiantes en aulas sin luz natural pueden experimentar alteraciones en sus ciclos de melatonina. Dichas alteraciones afectan su estado de alerta y concentración durante el día.
  • Mejora del rendimiento académico
    En un estudio comparativo, estudiantes que estudiaban en aulas con luz natural mostraron una mejora notable en pruebas de matemáticas y lectura en comparación con aquellos en aulas sin ventanas.

Soluciones prácticas para mejorar la calidad de aire y el rendimiento académico

Entonces, ¿qué podemos hacer para mejorar estas condiciones?
Si bien cada escuela presenta desafíos únicos, es posible mejorar el rendimiento académico adoptando soluciones de ventilación descentralizada que mejoren la calidad del aire y controlen automáticamente el caudal de ventilación en función de los niveles de CO2, asegurando que el aire esté siempre fresco y limpio sin consumir energía innecesaria. Además, es esencial optar por materiales acústicos que reduzcan el ruido de fondo y permitan a los estudiantes concentrarse mejor.

Para lograrlo, el uso de soluciones de ventilación inteligentes y descentralizadas, como las de Airmaster, puede ser una opción eficaz. Estas soluciones permiten una instalación sencilla, sin la necesidad de grandes obras, manteniendo una ventilación constante y silenciosa que se adapta a las necesidades de cada aula. Su control personalizado bajo demanda reduce la concentración de CO2 y COV (compuestos orgánicos volátiles). Además, mantiene el gasto energético al mínimo al mismo tiempo.

Referencias

  1. The Impact of School Buildings on Student Health and Performance: A Call for Research
  2. The sick building syndrome – PubMed – U.S. National Library of Medicine
  3. Chronic Noise Exposure and Reading Deficits: The Mediating Effects of Language Acquisition

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